Parte 2 La capital del Imperio, a menudo considerada como la manifestación del poder del Imperio, contenía muchos aspectos que sorprendía a la gente. Uno de ellos era que la mayoría de los viajeros que llegaban a la capital se sorprendian de que todos los caminos en la capital estaban cubiertos por ladrillos y piedras. Entre los países circundantes, incluso dentro de la Teocracia tecnológicamente más avanzada la idea de tener que cubrir las carreteras de toda una ciudad con piedras haría que se agacharan. Por supuesto que no era posible hacer lo mismo para todas las ciudades dentro del Imperio, pero el hecho de que la capital del Imperio fuera capaz de lograr esto reforzó más su poderío. Era algo que a menudo hacía que los diplomáticos de otros países suspirarán. Sobre todo el diseño de las carreteras; cuando se caminaba sobre ellas, uno inmediatamente podría apreciar su elegancia y prácticidad. A diferencia de los caminos típicos visto en otros lugares, las carreteras de la