Un grupo de jinetes avanzaba por el camino hacia el oeste, en dirección a Itálica. Sobre ellos se ondulaban unas banderas adornadas con rosas rojas, blancas y amarillas. El sonido de muchas pezuñas galopando tronaba debajo de ellos. Sus pulidas corazas y cascos reflejaban una luz dorada y plateada, las ondulantes banderas y las elevadas lanzas se agitaban hacia adelante a gran velocidad. El caballero que lideraba el camino era particularmente notable. Ella era un caballero femenino, vestida de una manera espectacular, cuyo cabello dorado se balanceaba con el viento. Ella azotaba a su caballo en varias ocasiones. Su caballo silenciosamente soportó el dolor y se lanzó hacia adelante en respuesta.