Los humanos y los monstruos por igual compartían una profunda conexión con el bosque. Por un lado, el bosque representaba un lugar bendecido con riquezas, y por el otro, un lugar salvaje y peligroso. Al contrario que en el Japón moderno, donde la iluminación eléctrica era común, las fuentes de luz eran muy apreciadas en este mundo. En los lugares oscuros, donde la luz del mundo no podía llegar, los monstruos reinaban. En las mazmorras, en las cuevas, en la noche y en los bosques. Esta era una de las razones por las cuales los monstruos veían mejor en la oscuridad. Los seres humanos caminaban ciegamente en la oscuridad, mientras que los monstruos... no tanto.