Mentiras: Parte Uno De alguna manera ... parece que ella sobrevivió. Había un solo Kyoma en el laberinto, y su cuerpo se estaba metamorfoseando. Su piel cambió en el mismo color y patrón como el de la losa debajo de él y su cuerpo quedo aplastado en el suelo como una alfombra. Luego, en esa nueva forma se deslizó en silencio por el suelo. Él tenía la capacidad de camuflarse, aunque no era capaz de hacerlo por completo tal como podía el Especialista Número 26, de modo que si alguien cercano lo observaba de cerca, probablemente sería capaz de ver a través de su camuflaje fácilmente. Sin embargo, Mora, que en el momento estaba usando su segunda vista para mirar a través del templo, todavía no lo había notado. El laberinto era enorme y era imposible, incluso para ella notar cada pulgada de espacio.