Skyfire Avenue, cap 16

Capítulo 16: La Época Mecha


   "¿Zeus?" El Ministro Zhou tartamudeó.

   Sin esperar a que continuase, el hombre vestido de dorado abrazó a Zhou Qianlin y comenzó a levantarse. El lugar de la ceremonia de había vuelto un caos.

   ¿Quién sería está persona? ¿Quién osaría a interrumpir la boda entre la hija del Jefe de la Alianza Este y el hijo del Primer Ministro de la Alianza Oeste, y peor, secuestrar a la novia?

   El Primer Ministro Sylva ya se había reincorporado, con semblante sombrío. Los guardaespaldas que habían llegado junto a la delegación oeste finalmente entraron en acción, dos se encargaron de Richard mientras el resto se dirigió hacia el hombre de dorado.
  
   ¡Raagh, Oooagghh! Se oía el estrépito. Dos gigantes figuras se apresuraron a interrumpir el escape del hombre. Justo entonces; dos guardias de la familia Austin, ante los ojos de todos, comenzaron a expandirse. Su ropa se rasgó en jirones, cayendo por doquier, ¡revelando las grotescas figuras que envolvían!

   El hombre a la izquierda creció hasta ser un colosal Gigantopithecus, un simio exuberante, de más de cuatro metros de altura. El de la derecha, a su vez, creció hasta alcanzar los cinco metros; su piel se atigró y apuntó con enormes músculos. Su cara se agitó y se crispó, transfromandose en la de un tigre.

   Debido a que los hombres crecían en proporciones monstruosas, el arco floreado reventó, con sus incontables pétalos danzando en el aire. Su delicadeza contrastaba con el descomunal rostro de los guardias.

   ¡Disciplinas Metamorfósicas! Una especialidad de la Alianza Oeste. A juzgar por el aspecto de las dos bestias, los guardias eran al menos Talentos Nivel Cinco.

   "Protejan a los invitados", ordenó Zhou. Los guardias residenciales ya se habían adelantado, guiando a los huéspedes hacia un lugar seguro.

   "¡No...No lastimes a Qianlin!" Richard se encontraba ileso, pero su lengua estaba entorpecida por la agitación. Su cabello había pasado de estar lleno de vida y brillante a estar seco y quebradizo. Afortunadamente, el protector ajustable que vestía entre su traje lo había protegido de las quemaduras de la descarga eléctrica.

   ¡Ooaagh-! El Gigantopithecus aulló, dirigiéndose ferozmente en dirección al hombre en dorado. Los invitados no pudieron evitar entrar en pánico.

   "Piérdete", replicó el hombre dorado.

   ¡Crack, crack, crack! Un poderoso rayo cayó desde los cielos, golpeando al Gigantopithecus. Su enorme cuerpo ardió y se ennegreció, gracias a la descarga provocada por el rayo.

   Apresurándose a salvar a Zhou Qianlin aún cautiva por el hombre dorado, el Ailuranthrope -o gato salvaje, como eran llamados coloquialmente- pensó en detenerse.

   En ese instante, un terrible estruendo recorrió el área. Grupos de engrifados rayos bajaron de las alturas, atacando todo. Se parecía mucho a un Armageddon. Los espeluznantes rayos pronto cubrían toda la cima de la montaña.

   En este caso, todos estaban preocupados por nada más que protegerse a sí mismos.

   El hombre en dorado se elevó junto a Zhou Qianlin en el aire, y antes de que cualquiera pudiese reaccionar, él se convirtió en un rayo centelleante de electricidad dorada. La luz envolvía a Zhou Qianlin, y luego desapareció en la distancia.

   En medio de esta infernal lluvia eléctrica, nadie fue capaz de darles caza. Incluso los diez mechas que se encontraban en el aire eran inútiles, forzados a retirarse y aterrizar con sus escudos para evitar destruirse.

   Dentro de la mansión, cada conexión eléctrica estaba haciendo cortocircuito. La esperada boda se había vuelto un infierno.

    La luz dorada encapsulando a Zhou Qianlin recorrió miles de metros de distancia. Luego, un flash de oro apareció frente a los ojos de ella.

   El hombre en dorado, el cual se había convertido en un rayo, se detuvo repentinamente unos metros antes del flash. Él había retornado a su forma original.

   Como antes, su brazo envolviendo la delgada cintura de Zhou Qianlin. De hecho, había sido esa violación la que le dio a ella la habilidad de desentenderse de la gravedad.

   Otra figura apareció junto a ellos, un impresionante mecha vestido enteramente de dorado. De inmediato ella se dio cuenta, este mecha había sido la Flecha de Cupido - aquella luz dorada que había atravesado los corazones creados por los mechas en la cima de la montaña.

   Cuando los otros mechas de vieron forzados a aterrizar, éste se alejó para prevenir las intenciones del hombre en dorado.

   A diferencia de los mechas estándares, cada modelo humanoide era personalizado, hecho a medida de principio a fin. En resumen, eran construidos en base a las especificaciones exactas del piloto.

   El mecha frente a ellos, con figura femenina y un vestido de batalla dorado, estaba claramente hecho para una mujer joven.

   "¡Deja ir a Qianlin, o morirás!"

   La fría voz de la piloto reseñó por los megáfono del mecha. La parte inferior del mecha se abrió, y su mano sacó de allí un arma de tres metros de largo. Con ambas manos agarró el arma, la cual se colmó de una intensa luz dorada, lista para la batalla.

   "¡Haz paso!" Parecía que este hombre en dorado era incluso caballeroso con las mujeres.

   "Deja ir a Qianlin, y dejaré que te marches. Deberías saberlo, incluso tú Disciplina no tendrá efecto en este mecha". La gélida voz femenina era inmutable.

   Con la llegada de la Nueva Era, habían ocurrido cambios en el medioambiente y en los campos magnéticos de los planetas. La gente también se vio afectada, un pequeño número de ellas desarrolló habilidades genéticas llamadas Disciplinas.

   Los Adeptos, o Talentos -personas con la habilidad de las Disciplinas- eran mucho más superiores que la gente común. Pero ésta, ésta era la Época Mecha.

   Los Adeptos eran, al fin y al cabo, humanos; mientras un mecha estándar pesaba cien toneladas, poseía un reactor a fisión, estaban compuestos de aleaciones de alta resistencia y eran equipados con la mejor tecnología. No sería una exageración decir que un Mecha de la Era Moderna podría destruir fácilmente una ciudad por su cuenta. Por tanto, en esta Era ser Piloto Mecha era el suelo de todos los jóvenes.

   El hombre en dorado sólo miró al mecha, y agitó la cabeza.

   Una fina descarga eléctrica cayó sobre el mecha dorado.

   Un sonido frío resonó y las radiantes manos de la máquina se alzaron hacia el cielo. El rayo se reflectó intensivamente hacia otro lado.

   La voz volvió a escucharse. "Aún no lo entiendes. Entre más fuerte sea tu disciplina, ¡más te darás cuenta del poder de este mecha!"

   "¡Ha!" El hombre vestido en dorado agitó sus hombros.

   "¿Huh?" De pronto, el mecha dorado noto la presencia de otra figura que había aparecido silenciosamente detrás de ella. Dos manos enormes se aferraron a sus hombros.

   Crunch, crack. Dos sonidos crepitantes quedaron en el aire.

   La armadura del mecha dorado cedió ante la descomunal fuerza, y los brazos sosteniendo el arma de batalla se  desprendieron.

   Con ese poderoso golpe de energía, el mecha salió despedido en la distancia.

   En la cabina del mecha dorado, dos grandes ojos esmeraldas miraban incrédulos al aire. Mientras se reincorporaban, el hombre dorado y Zhou Qianlin flotaban alejándose. Ella los miró, con sus rojos labios partidos y la mirada nublada.



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