En la capital del Reino de Re-Estize, en el Palacio de Valencia. Una de las habitaciones tenía una especie de calor típico producido por el número de personas reunidas en su interior. Aunque ese número no era alto en absoluto, la sala tampoco era espaciosa. El punto era que la gente en esa habitación estaba tan seria y ocupada con sus tareas que habían empezado a subir la temperatura de la habitación poco a poco.