parte 1/?
Adlet es el séptimo,
pensó Frémy mientras Rolonia la cargaba en su hombro. Ya estaba segura
completamente. Cuando él había mentido acerca de las palabras de luz, sus
sospechas se incrementaron, pero fue cuando la golpeo con el dardo paralizante
y luego le dijo a Rolonia que escapara con ella a cuestas, lejos de Chamo.
Cuando lo confirmo al cien por ciento.
Sin embargo, ella
dudaba de él mucho antes de eso. Adlet siempre fue sospechoso desde que apareció
Rolonia. ¿O incluso antes, cuando los siete héroes se reunieron en la barrera
ilusoria de niebla? ¿O tal vez, ya sospechaba de él, desde el momento en que se
encontraron en el camino?
En cuanto a la
parálisis, su cuerpo era más fuerte que el de una persona promedio, así que el
efecto se disipará pronto.
¿Puedo hablar?
Ella se preguntó. Tal vez me he recuperado lo suficiente como para producir pólvora,
aunque lo más probable sea difícil de controlar.
Sin embargo,
Frémy decidió no actuar. Si Rolonia se percataba de que podía moverse, probablemente
la incapacitaría con su látigo para evitar que se suicidara.
Cuando se recuperará
hasta el punto de poder moverse con naturalidad, escaparía de Rolonia y correría
hacia los Jyuma de Chamo. A continuación, la matarían y todo habría terminado.
Había decidido
renunciar a matar Adlet el séptimo con sus propias manos. La eliminación de la
flor estéril, era más importante. Ella dejaría el destino de Adlet y la derrota
Tgurneu y el Majin a los otros. Conociendo a Hans y Chamo, sin duda serían
capaces de lograrlo.
"Esto es
malo, ¿no te parece?", Preguntó Nashetania mientras empalaba a un Jyuma
que se precipita hacia Rolonia. "Chamo-san ya debe estar al tanto de
nuestra posición. Si envía a todos sus Jyuma a la vez que, no será nada fácil retenerlos".
"Es... está
bien. Ad-kun definitivamente hará algo por nosotros ".
Frémy tenía
sentimientos encontrados acerca de Rolonia. Por un lado, quería ayudarla,
claramente estaba siendo engañada. Sin embargo, no importa lo que ella digiera,
Rolonia no le creería.
Frémy pensó en
ella y después en la primera vez que se reunió con Adlet. En aquel entonces
ella podía entender por qué había tenido esa sonrisa estúpida en su cara,
porque ella había pensado que no sabía quién era ella en verdad.
Pero después, él
supo que ella era la asesina de las flores, además de eso, era hija de un Kyoma.
Sin embargo, a pesar de eso, la actitud de Adlet hacia Frémy nunca cambio.
Fue entonces
cuando Frémy se dio cuenta que Adlet la estaba usando.
Ningún ser humano
en su sano juicio muestra bondad sin esperar algo a cambio *y uno traduciendo
sin cobrar*. Y no había manera que una persona cuya ciudad natal fuese
destruida por Kyomas, aceptaría honestamente a uno de estos como compañero.
Probablemente
Adlet realidad la detestaba. Probablemente había decidido ocultar esos
sentimientos y fingir, envolverla con amabilidad para usarla.
Cuando todos
dudaron de él, tomo como rehén a Fremy y escapo. Y luego trato de utilizarla
para mantenerse con vida.
Lanzó palabras
vacías de compasión y mintió acerca de enamorarse, solo con la finalidad de que
Fremy se aliara con él. Sin embargo, aunque insistía en ser el hombre más fuerte
del mundo, se apoyaba en los demás y pedía ayuda, Frémy lo miraba con desdén y
asco.
Sin embargo, en
última instancia, Frémy le ayudó. Ella lo protegió cuando Mora y Goldof le
perseguían. Y trató desesperadamente sus heridas, ya que su vida pendía de un
hilo después de derrumbarse debido a sus lesiones.
Era una ilusión momentánea.
Fremy había puesto rápidamente fin a ese comportamiento. No había manera de que
pudiera confiar en Adlet, por no hablar de amarlo, porque incluso entonces, sabía
que él siempre la había estado utilizando. En el fondo, sabía que el la odiaba.
A la mañana
siguiente, Rolonia apareció, y el misterio solo se complicó a un más. Y después
de que las Seis Flores entraron en el territorio de los Lamentos de Demonios y lucharon
sin cuartel contra Tgurneu. Adlet siguió actuando como si amara a Frémy. Y
ajeno a los sentimientos que Rolonia albergaba por él, continuaba enviando
miradas amorosas.
Sin duda, él
pensaba que lo traicionaría, pensaba Fremy mientras observaba sus acciones.
Probablemente estaba preocupado acerca de que, si ella lucharía contra los Kyoma
que la habían criado, y que tal vez quisiera volver a casa con su familia.
Siempre que
hablaba, decía que la haría feliz, o prometiendo un mundo en el cual el la protegería,
o hacia cualquiera cosa para cimentar su relación como aliados.
El autoproclamado
“hombre más fuerte del mundo”. También conocido como el guerrero cobarde. La
persona que decía que haría todo lo necesario para ganar. Susurraba palabras de
amor vacías, sin ninguna punzada de remordimiento.
Así es como Frémy
interpretaba las acciones de Adlet. Sin embargo, incluso si él la ponía de los
nervios o la enfurecía, no podía odiarlo. Continuó preocupándose por el tipo
débil y poco fiable. Y a causa de esos sentimientos, probablemente habría
permanecido en la oscuridad sus verdaderas intenciones, pero todo cambio cuando
llegaron al templo.
Ahora Frémy se conocía
verdaderamente a ella misma. Ella sabía que era la flor estéril, un instrumento
santo ideado para matar a los héroes de las seis flores. Y, además, entendía ahora
por qué Adlet había tratado de protegerla siempre.
Él la había
protegido con el fin de matar a las Seis Flores. Había simulado quererla, para
que así Frémy estuviera con la guardia baja. Si él era un héroe genuino de los
Seis Flores y estaba luchando con el fin de derrotar al Majin y Tgurneu
entonces no tendría una razón para protegerla después de todo lo que fue
revelado. Y definitivamente no habría mentido sobre las palabras de luz.
Sin embargo, no
estaba enfadada por haber sido utilizada de nuevo. Había sabido desde el
principio que no había nadie en el mundo que amaría un monstruo como ella. *No
digas eso waifu*
La única cosa que
ella sentía hacia Adlet era una furia asesina pura. No podía perdonar a los que
se alían con Tgurneu.
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